A veces es tiempo de todo o nada. A veces juegas al ajedrez con el cerebro embotado por el alcohol, no puedes pensar ni en dos jugadas adelante, pero tienes que mandar todo al diablo y hacer un movimiento sólo porque se siente bien. A veces la vida no te da ninguna puta pista sobre qué tienes que hacer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario